Rafael Sanzio es un óleo sobre lienzo y pertenece
al periodo del renacimiento italiano conocido como Cinquecento. Se fecha entre 1512 y 1514. Actualmente puede verse
en el museo Gemäldegalerie de Dresde.
Se cree que fue un encargo del papa Julio II estaba destinado al altar mayor del templo de los monjes de san Sixto de Piacenza. También se piensa que su destino final era decorar la tumba del pontífice que era devoto de San Sixto.
Se cree que fue un encargo del papa Julio II estaba destinado al altar mayor del templo de los monjes de san Sixto de Piacenza. También se piensa que su destino final era decorar la tumba del pontífice que era devoto de San Sixto.
El lienzo de la Virgen, el Niño
Jesús, San
Sixto y Santa Bárbara se caracteriza por el espacio
imaginario creado por las propias figuras, que están de pie sobre una cama de
nubes, circundadas por un gran telón abierto. La figura de la Virgen transmite la
sensación de estar descendiendo del espacio celestial hacia el mundo real, en
el que el cuadro está colgado. El gesto de S. Sixto y la mirada de Santa
Bárbara parecen dirigirse a alguien que está detrás de la balaustrada en la
parte inferior del cuadro (quizás un creyente). La Tiara papal, posada
sobre dicha balaustrada, sería el nexo de unión entre el espacio pictórico y lo
real.
Generaciones de visitantes a la Gemäldegalerie de Dresde
han quedado profundamente impresionados por la forma en la que Rafael
representó a la Virgen
en esta pintura. Se ha reproducido numerosas veces, hasta el punto de que esta Madonna de San Sixto es un prototipo, la
imagen idealizada de la
Virgen María , acentuando su carácter espiritual. Por lo
demás, el detalle de los pequeños ángeles que
están sobre la balaustrada, conocidos como Angelitos, ha sido reproducido y versionado en numerosas
ocasiones.
El nombre de San Sixto proviene de la palabra latina que
significa “seis” o “sexto”, y hay seis figuras en el lienzo.
En este cuadro, Rafael, a través de un proceso de
depuración iconográfica que libera el cuadro de elementos
accesorios, representa no la visión de lo divino por parte de los devotos, sino
lo divino que aparece y se dirige a los devotos, aquí no representados sino
claramente perceptibles, a través de los gestos y las miradas del grupo sagrado
al contemplar la tienda y la balaustrada que sirven de punto de contacto entre
lo celeste y lo humano.
Curiosidades de la obra
Se cree que los modelos para el cuadro fueron; el
papa Julio II para San Sixto, una sobrina de este para Santa Bárbara y
Fornarina (amante de Rafael) para los rasgos de La Virgen.
Rafael pinto seis dedos en la mano derecha del papa
porque esto representaba que tenía un sexto sentido para interpretar sueño
proféticos.
El cuadro está pintado sobre tela y esto es algo
insólito, Rafael casi siempre lo hacía sobre tabla. La explicación que se da es
que el cuadro fuera pensado para usarse en un estandarte procesional.
Los angelitos de la parte inferior son más
conocidos que el cuadro se han hecho famosos en todo el mundo. Se reproducen
como laminas y se usan como decoración en multitud de objetos.
Este tipo de ángel aparece por primera vez en el renacimiento
y se llaman Putti derivado del
término Putto que significa
niño en italiano.
Aire: El estilo de Rafael era hacer figuras reales, envueltas en un halo
místico ya sea por el uso de colores terrosos como el uso de una atmósfera
difuminada que ayuda a tener la idea de espacio.
Detalle: Sin duda,
la obra de Madonna Sixtina no sería conocida por el gran público si no fuera
por los famosos angelotes. Los querubines posan en el alfeizar del cuadro y se
han convertido en un símbolo, vendido hasta la saciedad en todos los puestos de
Italia.
Ángeles: Los
ángeles expresan a la perfección la melancolía de la Virgen y el niño. A este
tipo de ángeles pequeños en el Renacimiento se les denominaban Puttis, un
estilo de ángel regordete, con mofletes rosados y expresión tierna.
Colores: Prevalece una tonalidad de pardo rojizo y dorado, con fragmentos de marfil claro, amarillo, azul verdoso, marrón oscuro y rojo brillante. Las formas resplandecientes parecen estar inmersas en una atmósfera cristalina, cuya esencial es el cielo azul claro.
Colores: Prevalece una tonalidad de pardo rojizo y dorado, con fragmentos de marfil claro, amarillo, azul verdoso, marrón oscuro y rojo brillante. Las formas resplandecientes parecen estar inmersas en una atmósfera cristalina, cuya esencial es el cielo azul claro.
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